Hace unos días estuve en una reunión con el Ministro del Interior. Allí estaba yo calladita dejando que hablaran los perros grandes. Al Ministro lo conocí en la Isla en circunstancias más distendidas así es que tan solemne no lo veía tampoco. Pero bueno, para algo me educaron y abrí la boca sólo para decir: "un café, por favor" cuando la tremenda secretaria asomó la cabezota para preguntar. Esa mujer debe medir como tres metros... es gigantesca. Pero tiene ese tipo de la gente rechazada, que siempre sonríe y está presta a hacer cualquier cosa que uno le pida.... Luego, vino ver a la Ministra de Educación. A ella no la conocía, pero es una mujer como bien cercana... pero se dice que de los políticos no hay que fiarse ni un centímetro. En fin, ahí sí dije todo lo que tenía que decir y escuché todo lo que quería escuchar. Y ese fue otro capítulo en mi esfuerzo por conquistar el mundo. El punto es otro. Entre ambas reuniones fuimos a almorzar a un lugar que se llama El Novillero, un restaurant que queda cerquita del palacio de gobierno y para el que hay que bajar una escalera. Mi papá se estaba haciendo el loco como que no quería ir, y Petero también,pero a los dos se le hacía agua la boca. En la conversación dijeron ambos que hace tiempo que no iban pero que sí conocían el lugar de alguuuuuna vez que habrían ido. En fin, bajamos la escalera y nos recibió un señor muy distinguido que me abrió la puerta y dijo: "buenas tardes señorita" y yo dije "buenas tardes". Y cuando vio a mi papá le dijo "Don Albeeeeeerto! que gusto tenerlo acá otra vez!!" jajajajaja... cuando Petero se iba a reir de que mi papá decía que había ido hace mucho, el caballero de la entrada le dijo "Petero!!!! que bueno que volvió!!!" jajajajajaja Los tres estábamos como muertos de la risa de que aunque ninguno de los dos había ido hace tiempo, todavía los recordaban. Seguuuuuuuro jajajajajaja. Eran clientes frecuentes los dos y se andaban viendo la suerte entre gitanos. El restaurant se llena de políticos y mandos medios... y los vi comiendo carne como... wow, me imaginé eso de que el hombre es el lobo del hombre... pero como literal. Después, me trajeron mi plato con entrecot bien asado y sin necesidad de luna llena pero bajo la influencia del politiquerío, me transformé en lobo también.
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nada para decir (al menos todavía, espero comentarios de otros para que degenere y entonce si tenga algo para decir)