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ARRASTRANDO
18 de noviembre de 2006
He pasado los últimos dos días en el hospital porque la vida es como es. Y de todo el tiempo que estuve ahí (no como paciente, gracias a la Providencia) me estuve preguntando por qué las enfermeras usan esos malditos zapatos como zuecos... y encima los arrastran. Es decir, cada uno es libre de usar las porquerías que se le antoje... pero ¿¿por qué los arrastran??
Tengo un amigo que una vez que andaba en la mira de los mormones, había agarrado la manía de arrastrar los pies. Lo tenían sometido... pobre...
En fin, no le pregunté ni me explicó por qué hacía eso, pero la vez que le dije que era una molestia que anduviera tirando tierra para todos lados, además que me daba vergüenza caminar junto a alguien que no siendo (tanto) parecía mongólico, recién se dio cuenta y dejó de hacerlo. Quizás las enfermeras no se dan cuenta... Ahora, en la escuelas de enfermería no se lo enseñan, porque los enfermeros varones no usan zuecos ni arrastran los zapatos... Quizás es una asignatura especial para mujeres...
Tengo unos zapatos que no tienen talón (adidas Poncio Pilatos le dicen por ahí) y no los arrastro. Así es que eso de que no tengan talón no es excusa.
No me hice el valor ni es tema tan interesante tampoco, para preguntarle a una de ellas por qué hacía eso. Pero, la primera enfermera que conozca y que no se enoje por todo, le voy a preguntar.
Las enfermeras se enojan por cualquier cosa, a todo esto.

Escrito en el desvarío de las 20:15  
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